Escucho la alarma como cualquier lunes por la madrugada, mi cuerpo esta pesado y no logro abrir los ojos, me desvele mucho anoche viendo videos en mi iPod y no quiero ir al colegio, la alarma deja de sonar y me duermo, diez minutos después suena de nuevo; solo me levanto, me pongo la falda y me vuelvo a acostar. Es así todos los días, excepto cuando algo me entusiasma, logró despabilarme, ir al baño y arreglarme para ir al cole. Tengo ojeras del tamaño de mis mejillas, odio mis ojeras, jamás es suficiente el maquillaje…”necesito un nuevo corte de pelo”, pienso, pero debo pasar otro mes con el cabello sin cortar para mis XV años, debo estar delgada para entrar en el vestido, uso este molesto corsette todo el día y solo me lo quito de vez en cuando.
Llego a la escuela, no tengo ganas de estar ahí, preferiría seguir durmiendo. El día comienza con clase de química y la maestra histérica que nos grita, lo único bueno de la escuela es ver a Mario, pero casi no hablamos, solo cruzamos palabra de vez en cuando y por cosas triviales, he intentado hablarle pero el simplemente no es un chico que le guste conversar, en fin, verlo sonreír me alegra el día. La hora del recreo como siempre es un martirio, debo resistir la tentación de comer, solo como una barra de 90 calorías y unas lunetas, pero bueno, aunque sea no me atasqué de galletas como otras veces.
Clase de mate, clase de ética, clase de historia y después teatro, estamos ensayando para la obra escolar, termina la clase y espero a mi madre con mi hermano, llegan tarde por nosotros, casi a las 4 de la tarde, diablos, me siento cansada.
Como, me subo y quiero dormir, creo que tal vez lo haré pero primero veré como esta mi estómago, mañana toca educación física así que no llevaré el corsette. ¡Cómo me gustaría ser delgada! Debo comer menos maldita sea ¿porqué no puedo? Dormiré, así al menos ya no cenaré nada.
Me quedó dormida, no sé que pasa hasta que una voz me habla
--Hija despiértate, ¿no quieres cenar? –es mi abuela
--No—digo adormilada.
--Anda baja, tienes que comer o te vas a morir
(esa es la idea…) pienso para mis adentros
Bajo, está mi hermano con un cereal, también me sirvo, lo como, me dan ganas de escupirlo. Cada bocado me recuerda mi imperfecto cuerpo, mi flácido estómago, mis piernas gordas, mis caderas enormes, quiero irme de ahí.
Me termino el estúpido cereal y subo de nuevo. Quiero vomitarlo todo, pero estoy muy cansada. Another day is gone…